Otras de las actividades eran la presentación de un libro, un calendario artístico o una nueva línea editorial. En general, bastante dispersión en cuanto a temáticas y participación, y como decimos , con un interés genuino para los franceses, y mucho menor para los de fuera. Además, ojo, no hay traducción: en Montreuil, si no sabes francés, no puedes participar en las actividades (cuando hay un ponente extranjero, que han sido pocos y en la programación para los niños, hay traducción consecutiva, pero es al francés).
En cualquier caso, la gran riqueza para el visitante extranjero es la panorámica de publicaciones que ofrece el Salón. Todo lo que se produce y todo lo que se compra fuera, está ahí. Nuestra impresión: el mercado editorial francés está tomando riesgos en lo que a libro ilustrado se refiere (tanto estéticamente como en temáticas) , hay sellos editoriales muy coherentes que hacen cosas fantásticas (nos encantó Editions Memo, por ejemplo), hay mucha producción propia, no sólo en álbum, sino también en un tipo de libros que en España se producen poco, los de cartoné para prelectores, con una calidad estupenda e ilustrados por autores de prestigio. Y para terminar, comentar la mínima presencia del trabajo de ilustradores españoles. Así que tal vez no fuera mala idea, para aquellos que estéis pensando en mirar fuera, estudiar las posibilidades que os pueden ofrecer estos vecinos.
El Salón de Montreuil es por tanto, más limitado que la Feria de Bolonia, ya que no ofrece una visión internacional, pero si es más accesible y amigable. Merece la pena hacerse una excursión y vivir la experiencia por uno mismo. Además, siempre está el atractivo de París, la excusa de visitar el Louvre y hacer pequeños descubrimientos. Compartimos dos: la librería "Shakespeare & Co" (todo literatura inglesa, su pequeño espacio dedicado a libros infantiles), que es un mundo en sí misma. El local es una maravilla, lleno de intrincadas escaleras, pasillos y saloncitos donde gente como sacada del siglo XIX lee durante horas, toca el piano o escribe y escribe sin parar. De hecho, tiene una zona donde los libros son para "sólo lectura" y no para compra. No os la perdáis.
El otro lugar mágico es Sennelier, una tienda de Bellas Artes en el Quai Voltaire, en Rive Gauche, justo frente a la Pirámide del Louvre. Es otro local decimonónico donde es posible encontrar cualquier material de dibujo, papeles extraordinarios, pinceles maravillosos... y donde ¡se puede probar todo! Como si fuera una tienda de caramelos donde te dejan comerte uno de cada clase. Tampoco os la perdáis.
Hasta una próxima ocasión, Montreuil. Los niños parisinos os pueden estar agradecidos.
¡Justo ayer vi esa librería en la TV y me dejó encandilada!
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